Dulces personas que me siguen

martes, 20 de septiembre de 2011

4

4

-Sí aunque preferiría que no fuera secreto pero mientras este contigo me da igual.- y le di un beso corto.
-Bien. Ahora...¿me llevas a casa?. No quiero que mi hermana se de cuenta de que no estoy, ya que compartimos habitación.
-Sí, claro.- caminamos cogidos de la mano y sonríendonos.
-Ah, sí se me olvidaba, en esta relación secreta hay una regla.
-¿Una regla? ¿Cuál?.- una regla en una relación, ¿cuándo se ha visto eso?
-No nos podemos decir: te quiero. Y si lo hacemos, rompemos.- no sabía si aceptar, yo necesitaba decirle que la quería, pero ahora que la tenía no lo quería arruinar.
-Vale, pero...¿por qué?.
-Porque si me dices que me quieres, yo me lo creeré y te diré lo mismo y luego si me rompes el corazón sufriré y no quiero eso.
-No sé...
-No sé, no. Solamente hay una sola norma. Acéptala.- tendría que ceder.
-Está bien. Entonces yo pongo una condición.- me miró con cara de duda.
-¿Cuál?
-Siempre que yo quiera vendrás conmigo, claro sin que se den cuenta tus amigos o los míos o cualquiera que nos conozca.
-Vale. Me parece justo. Creo.- ya habíamos llegado a su portal y ella miró hacia su ventana.-Me tendrás que subir.
Asentí y la subí pero luego la volví a bajar.
-Antes necesito un beso de buenas noches.- me sonrió y se acercó a mí, posó sus labios en los míos con tanta delicadeza que me sorprendió y su beso fue tan dulce que cuando acabó me quedé embobado.
-Heyyy, tierra llamando a Alexander- me dijo ríendo-Venga, súbeme.- aún riéndo.
-Va, va , va.- la cogí y la subí.
Entró dentro, y luego se volvió a asomar, me sonrió y dijo:
-Nos vemos el Lunes en el instituto.- y me envió un beso.
Se volvió a meter y yo me quedé conuna cara de gilipollas que no me la quitaba nadie.
Me fui andando hasta casa, y cuando llegué no había nadie, supuse que mis padres solamente vinieron un día y luego se volvieron a ir de viaje de negocios y mi hermana habrá salido con uno de sus muchos novios. Decidí subirme a mi habitación y dormir.

Al día siguiente estaba de los nervios porque tendría que esperar todo este día para ver a Alejandra.
Y era el mediodía y me disponía a pedir una pizza para comer, cuando escucho el timbre.
Abro la puerta y ahí estaba, la chica más perfecta, bella, inteligente, dulce, amable, y una bailarina excepcional: Alejandra.
-Hola, ¿qué haces aquí?
-¿No quieres qué este aquí?- me dijo con cara triste.
-No, claro que no. Me alegro, por supuesto. Pero me sorprende que estes aquí, ¿no estabas castigada?- pregunté con la duda pero una sonrisa enorme porque este aquí.
-Pues dicen que a lo mejor se precipitaron un poco total aún soy una cría, según ellos, así que aquí estoy, pero... si lo prefieres me voy.- dijo dando un paso atrás. Al instante la cogíy la hice pasar a dentro y la besé suavemente, intentando que fuera como el que ella me dio ayer.
-Mmm... supongo que eso significa que quieres que me quede.- una sonrisa resplandeciente se asomó en sus labios.
Quería que este momento fuera rómantico, pero mi tripa hizo un sonido, estaba claro que queríamos cosas distintas.
Alejandra se echó a reír.
-Venga te voy a cocinar algo.- dijo aún con su sonrisa.
-¿Sabes cocinar?- esta chica es sorprendente.
-Por supuesto, toda buena latina sabe cocinar.
-Por supuesto- repetí.
Al llegar, abrió la nevera y cogió un montón de cosas (por suerte tengo de todo).
Me hizo salir fuera mientras ella cocinaba, espere una hora, hasta que al final me llamó.
Entré y había dos platos llenos de comida que olían estupendamente.
-¿Qué es?- pregunté acercandome.
-Arroz chaufa. En realidad ya lo había acabado hace rato pero te quería hacer esperar.- y rió.
-Está bien a zampar- y me reí con ella.
Este día prometía y mucho.

domingo, 18 de septiembre de 2011

3


3

Después de pasar un rato con mis amigos seguía sin ocurrirseme nada. No sabía que hacer. Notó como vibra mi móvil: un mensaje. Es de un número desconocido. Lo leo y se me alegra la cara:
Sé que esto no es lo correcto pero eres el único que me puede ayudar a escapar de aquí, pasate a medianoche. Alejandra.
PD: NO TE HAGAS ILUSIONES
Bien esta era mi oportunidad para convencerla. Aunque...¿cómo había conseguido envíarme un mensaje si estaba castigada sin él?
Bah, qué más da la cosa es que volveré a verle y tendré una oportunidad más.
A lo mejor no estaba enamorada de mí como yo de ella, pero si la atraía. En mi mente tan solo había espacio para recordar la noche que pasamos juntos, fue algo inolvidable. Sonreí como un tonto al volver a pensar en ello. Me dieron ganas de gritar a todo el mundo que estaba enamorado de ALEJANDRA VALLE. Pero no podía ella ni siquiera lo quería volver a recordar. Y yo por supuesto no me iba a rendir, sabía que ella es perfecta para mí. Estoy completamente seguro. 
No me dí cuenta pero estaba en la puerta de mi casa y vi que por la ventana asomaba mi madre. Seria.
Entré dispuesto a enfrentarme a lo que sea, al entrar me llevo una gran sorpresa al ver a Alejandra y sus padres.
-¿Qué pasa?- preguntó, mirando hacia Alejandra.
-Mis padres se han enterado que pase la noche aquí. Ya les he dicho que no pasó nada pero como ves no me creen.- asentí, con los nervios a flor de piel.
-Bueno, es verdad no pasó nada.-dije con total seguridad aunque fuese mentira.
-Hijo- mi padre se estaba dirigiendo a mí.-Esta chica dice que no es tu novia, ¿es eso cierto?- genial yo la apoyaba, ¿y ella no podía apoyarme a mí?.
-¿No podías apoyarme, al menos en esto?.
-Osea que nos mentiste.- me reprochó mi madre.
-No solo yo, ella también. Os ha dicho que no se acostó conmigo pero sí lo hizo.- Alejandra me miró con cara de dolor, pero...¿Por qué de dolor, en vez de furia o odio?
-ALEJANDRA, SE ACABO NOS VAMOS. ¿COMO SE TE OCURRE?-su padre la cogió del brazo y se fueron con tal velocidad que me quedé sorprendido.
-Hijo sube a tu habitacion o sal pero no quiero verte.-me dijo mi madre.
Salí no quería estar ahí. Me sentía fatal, por lo que le había hecho a Alejadra. Pasaron horas y horas, hasta que me dí cuenta de que ya eran las doce. Me fui corriendo a la casa de Alejandra.
Al llegar, miré hacia su ventana y ahí estaba ella sentada con una lágrima cayendo por su mejilla.
Se gira y me ve, primero pone cara de rabia y luego... no sé si era de decepción o dolor. Abre la ventana y me dice, casi en un murmullo:
-Cógeme voy a saltar.- y así lo hice, saltó y la cogí.
La dejo en el suelo y me da una bofetada.
-Imbecil, pensé que me habías dicho que te importaba, pero ya veo que tan solo fue una sarta de mentiras. Hice bien en no creerte.- ahora entendía su cara de dolor, la había hecho daño al delatarnos.
-Lo siento.
-Lo dudo. Yo no te importo en absoluto.-vi que tenía los ojos hinchados y rojos de tanto llorar- Ahora llevame a otro sitio no quiero estar aquí toda la noche para que me pillen. Vamos.- la cogí de la mano y la llevé a un pequeño parque que estaba cerca de su casa.
-Alejandra, de verdad que me importas, enserio, es sólo que no me parecía justo quedar solamente yo como el mentiroso.- dije a modo de disculpa.
-Me da igual. La verdad es que ya estaba un poco harta de quedar ante mis padres como una santa, pero me gané una buena bronca y a la hora de cenar un silencio y miradas muy incomodas. Alexander, me lo pase bien ayer por la noche.- me sonrió tímidamente.- Pero, no te hagas ilusiones, no es que me guste mucho la idea de haber perdido mi virginidad contigo.
-Al menos te lo pasaste bien.- y se rió, una risa sincera y dulce.
-Cuando quieres eres un cielo. Pero sigues siendo el mismo.- iba a replicar pero dijo-: Aunque me la paso genial contigo. Podríamos salir, sin que nadie lo sepa un secreto nuestro.
Se me iluminó la cara al instante.
La cogí por la cintura y la besé con efusividad, después de un rato, se apartó y me dijo:
-Supongo que este beso significa que estas de acuerdo.
-Sí, aunque preferiría que no fuera secreto, pero mientras que este contigo me da igual.

PARA LAS FANS DE LA SAGA CREPUSCULO!!!!!!

HE ENCONTRADO ESTOS VIDEOS GENIALES DE JAKE Y NESS:






BUENO NO SÉ SI  LOS HABREIS VISTO PERO A MI ME ENCANTARON IBA A PONER TAMBIEN SOBRE NESS Y ALEC VULTURI PERO NO ENCONTRABA NADA BUENO
BESOS

2


2
Me desperté al lado de Alejandra abrazándola y al instante sonreí, estaba muy contento. Sentí como Alejandra se movía, se estaba despertando.
-Mmmm...- empezó a decir luego se levantó y abrió los ojos como platos- Dios.¿Qué he hecho?¿Dónde estoy?.
-En mi habitación- se giró y gritó como si no supiera que se había acostado conmigo.
-Ya me acuerdo.- dijo para sí misma, entonces se dirigió hacia mí- Esto no significa nada, no estaba pensando con claridad así que por favor no se lo cuentes a nadie.-¿como?
-¿Cómo?¿Esto no ha significado nada para ti?- la verdad me quedé sorprendido.
-No quiero que me hagas daño. Y sé que me lo haras si me lo tomo enserio.
-No haré eso de verdad. He cambiado, me importas. Enserio.
-No yo no te importo, solamente lo dices para seguir acostándote conmigo, contarselo a tus amigos y luego romperme el corazón.-lo dijo con una seriedad increíble y eso significa que lo cree de verdad.
-Mira ya sé que te traté como una mierda, pero te juró que me importas y haría cualquier cosa por ti.- todo verdad.
En eso sonó su móvil.
-¿Sí?...Lo sé mamá...Lo siento... Ya voy...No he hecho nada malo...Tranquila...Adiós.-colgó y me miró:
-Mira no sé qué pretendes soltándome todas esas cosas pero de verdad que no pienso estar contigo porque al final me harás daño. Aparte ya me tengo que ir.- se levantó, se puso toda su ropa, yo hice lo mismo solo que tan solo me puse el pantalón.
-Alejandra... de verdad que me importas, aparte ayer me dijiste que lo querías hacer conmigo.-se giró y me contestó:
-Ayer no sabía lo que hacía,¿vale?. De estar completamente cuerda jamás lo hubiera hecho-eso dolió y mucho.
-Pues no es por nada pero ayer por la tarde en el salón de actos me besaste y estabas muy pegada a mí.
-Fue un desliz- dijo con un murmuro como intentando convencerse así misma.-A lo mejor...-sacudió la cabeza y siguió-:Me tengo que ir.- se puso los zapatos y se fue hacia la puerta y yo la seguí, bajamos las escaleras y ahí estaban mis padres:
-Alexander,¿quién es?- dijo mi madre con preocupación.
-Es Alejandra una compañera de clase- Alejandra ya estaba muy nerviosa-Y ya se iba.
Asintió y se fue directa hacia la puerta, la abrió, dudó un momento y luego sencillamente se fue.
-¿Qué hacía esa chica allí arriba contigo? ¿Y qué haces sin la camiseta?¿Tú hermana hizo una fiesta verdad?A todo esto,¿dónde está?-dios cuantas preguntas.
-Mmm... no sé dónde está mi hermana y sí hizo una fiesta.-no pensaba responder a las otras preguntas.
-¿Te has acostado con esa chica?- preguntó mi padre que hasta ahora no había abierto la boca.
-Eso es privado, no pienso responder.
-Estás bajo mi techo y mientras que sea así me interesa lo que hagas.-bueno, tendría que mentir.
-La verdad: no me he acostado con ella estuvimos apunto pero al final no y tan solo dormimos juntos nada más, enserio.- por su cara parece que me creyeron.
-Está bien. Supongo que es tu novia,¿no?.¿Cuando nos la vas a presentar?-vale ahora que decía.
-Sí, claro es mi novia. Lo que pasa es que es un poco tímida. La intentaré convencer- para que se haga pasar por mi novia, pensé.
Mis padres asintieron y mi madre dijo:
-Iré a buscar a tu hermana arriba.
Asentí y subí a mi habitación, me puse la camiseta y salí a buscar a Alejandra.
Yo sabía perfectamente donde vivía y no era en un gran chalé como casi todos los de la escuela, en vez de eso vivía en un piso pequeño con sus padres y sus dos hermanos. Ella había conseguido entrar en nuestro instituto por sus excelentes notas.
Cuando llegué al portal justo salía una señora mayor, así que aprobeché y entré. Su casa era el 1º A. Iba a tocar el timbre pero escucho unos gritos. La estaban echando una bronca tremenda. Me quedé esperando hasta que cesaron los gritos. Ahora sí, toqué el timbre. Y me abrió su hermana una chica más o menos rellenita con el pelo largo y ondulado y vestía muy discreta.
-¿Quién eres?- me preguntó.
-Busco a Alejandra.
-¿Eres tú con el que ha pasado la noche?.
-No pienso responder a eso. ¿Dónde está?
-Lo siento pero es que la han castigado: sin salir, sin ver a nadie, sin ordenador y móvil. Durante 2 meses. Solamente puede salir para ir al instituto y quedarse por las tardes para hacer lo del concurso ese.-genial(notese la ironía).
-Solo será un momento.
-Lo siento pero no.
-Está bien, pero dile que he venido.
Asintió y cerró la puerta.
Estuve vagabundeando por ahí hasta que llegué a mi casa, la cosa era que no quería entrar y encontrarme con una madre histérica. Así que me fui con mis amigos, a lo mejor si fumaba algo, se me vendrían a la cabeza maneras de: cómo convencer a Alejandra para que finja ser mi novia o serlo realmente.


Hey espero que os guste la historia y este cap.
Besos. Os quiero a tod@s.
http://www.youtube.com/watch?v=y-j6HFXUxd0&feature=player_detailpage

sábado, 17 de septiembre de 2011

1


1

Estabamos a mediados de curso en 4º de la E.S.O y me dirigía al salon de actos, ya que íbamos a participar en un concurso de institutos sobre bailes a ver si ganabamos algo de buena reputación, la verdad me hubiera saltado los ensayos sino fuera porque iban a decir las parejas y a lo mejor me tocaba con ella, la chica más perfecta del mundo: Alejandra.
Ella por supuesto me odiaba y con razón tres años fastidiándola, no es que fuera algo muy... bonito, por decirlo de alguna manera.
Cuando llegué todos ya estaban sentados o parados hablando con sus respectivos grupos, yo me dirigí al mío, mi grupo no tenía mucho que desear ya que eramos una mierda, somos unos drogatas, borrachos que se la pasaban de fiesta, no solíamos hablar tan solo un saludo, tal vez un " qué tal" o "esta noche fiesta" y poco más.
Me senté con ellos y me puse a observar a Alejandra ella por supuesto estaba con su grupo, que consistía en: Patricia, una chica muy responsable y fiel a sus amigas, jamás las dejaría tiradas; Irene, chica lista pero no tanto, olvidadiza y nada responsable eso sí le encantaba dibujar era su pasión; Estefanía, bruta e inteligente pero nada bonita a lo mejor de ella atraía su forma de defenderse pero nada más; Carlota, plasta a más no poder y una cotilla de campeonato; Raúl un tío raro y novio de Irene no estaban mucho tiempo juntos pero aseguraban que se querían los demás no estaban muy convencidos y por último Borja que estaba enamorado de Alejandra desde infantil y todo el mundo lo sabía menos ella. Y eso me encantaba que no estuviera con nadie, sonará mal pero es la verdad.
Entró la profesora y nos saludó a todos, nos contó de que iba todo el asunto y anunció las parejas hasta que por fin llegó a mi nombre:
-Alexander Fernandez con... Alejandra Valle.-bien esto era perfecto, pero cuando vi su cara noté que para ella no.
Al menos podría hablar con ella sin que pasara de mi y se fuera.
La profesora nos explicó los pasos, puso la música y nos dijo que ahora nosotros, para mi suerte era un vals. Cuando me acerqué a ella para bailar le dije:
-Lo siento-ya que le tenía que pedir perdon por muchas cosas.
-Ya me lo has dicho un millón de veces.
-Y nunca me respondes y ahora no puedes escapar.
-¿Por qué no lo dejas correr? ¿Por qué te importa tanto ahora?-se lo iba a decir era el momento, pero cuando se lo iba a decir la profesora me interrumpió:
-Fernadez, Valle, callénse distraen a los demás.- yo no hice nada pero Alejandra asintió.
-Porque me importas.- y era la pura verdad.
-Mentira.- lo decía muy convencida- No se puede cambiar así porque sí. Mientes para luego hacerme daño- estaba claro que me iba a costar convencerla.
-No lo entiendes... yo...- y otra vez la profesora me volvió a interrumpir:
-Vale, está bien ustedes dos se quedarán aquí al acabar las clases para hacer dos horas más.
-Genial. Estarás contento.- la verdad, sí. Pero no se lo iba a decir: se enfadaría terriblemente.

Al acabar las clases me volví a dirigir al salón de actos, donde ahí estaría mi ángel... y la profesora, ese era el único incoveniente.
Entré y en efecto ahí estaba la profesora, nos hizo bailar durante una hora, pero su móvil sonó, contestó y al final solo dijo: Voy para allá, y colgó, se giró hacia Alejandra y le dijo:
-Confío en que cumplireis con la hora que queda- paró y añadió-: Confío en ti, Alejandra.
-Sí- dijo, asintiendo a la vez.
La profesora salió por la puerta y nos dejó solos.
-Bueno... a bailar- me dijo. Volvió a poner la canción se acercó a mí, y antes de que se diera cuenta yo ya le tenía cogida por la cintura atrayéndola hacia mí. Se quedó sorprendida, luego se relajó y empezó a bailar a ritmo del vals. Cada vez tenía más ganas de besarla, al cabo de unos segundos me acerqué poco a poco a ella y paró bruscamente, sentía como se alejaba de mí pero no se lo permití y la volvía a acercar hasta que por fin junté sus labios con los míos. Se quedó paralizada, estaba intentando con todas sus fuerzas alejarse de mí, pero yo era más fuerte, se fue relajando y posó sus manos tan suaves en mi cuello y me atrajo más hacia sí y por supuesto no le iba a hacer el feo de alejarme. Tenía mis manos en su cintura pero fui bajando por su parte trasera hasta llegar a sus muslos, alzandola para que se enroscará con sus piernas a mi cintura. Y así lo hizo, hasta que paró, se desenroscó, se alejó y me dijo:
-Esto no ha pasado y no se lo cuentes a nadie.
Cogió sus cosas y se fue.
Me quedé solo con el recuerdo de un beso perfecto.

Al llegar a mi casa, mi hermana mayor que yo un año me miraba con cara de enfado.
-Ahora,¿qué te pasa, Nicole?.- le pregunté enfadado yo tambien.
-Pues facil: iba a dar una fiesta esta noche pero nuetros queridos padres no me dejan porque resulta que a ti no te gustaría, para ellos eres un ángel.
-Haz lo que quieres ellos no estan, ¿verdad?. Invita a cuantos quieras me da igual. Yo no voy a decir nada. Eres libre.
Subí a mi habitación mientras escuchaba como mi hermana hablaba con sus amigas sobre la fiesta.
Al cabo de media hora la fiesta ya había comenzado no comprendí como era que mi hermana hubiera organizado una fiesta en tan poco tiempo.
Me quedé tumbado en mi cama, pensando en como podría hacer para volver a besar a Alejandra. Algo hizo que me sobresaltara escuche una voz muy dulce como para estar en esta fiesta:
-Dejame Dani te he dicho que no quiero- era Alejandra estaba seguro.
Me asomé por la puerta un poco y pude ver como discutía ella con Dani, yo sabía perfectamente que "ese" estaba bien pillado por Alejandra, y que borracho no era muy bueno que digamos.
Salí y le aparte  de ella con un empujón, Dani estaba tan borracho que cuando cayó al suelo ni siquiera hizo el amago de levantarse. Me giré hacia ella y le pregunté:
-¿Estás bien?- ella unicamente asintió.
-Gracias- me dijo despues de unos segundos.
Me quedé mirando sus ojos negros perdiendome en ellos.
-Debería volver.- avanzó un paso pero la detuve cogiendola de la muñeca.- Dejame- lo dijo muy dulce como si no quisiera herir mis sentimientos.
Negué con la cabeza y la llevé hasta mi habitación, cerré la puerta y la miré a los ojos.
-No hagas nada. Por favor. Prometemelo.
Volví a negar y le dije:
-No. No te lo puedo prometer.- me acerqué a ella y la besé bruscamente, Alejandra no tardó en corresponderme se sujetó mas fuerte a mí y yo hice lo mismo. Estuve besandola un buen rato hasta que la tumbé en mi cama. Pareció dudosa un rato pero me volvió a besar y eso me hizo sentir genial. Me quitó la camiseta y yo la suya. Es perfecta, era lo único que podía pensar. Le fui desabrochando su falda y ella no me lo impedía, se lo quité del todo y aún seguía sin impedirmelo, entonces fue ella la que llevó sus manos a los botones de mi pantalón y los desabrochó, me los fue bajando y con mi ayuda me los quitó del todo. Estabamos solamente con la ropa interior y la seguía besando sin parar, bajaba por su cuello, entre sus pechos y luego bajaba por todo su vientre mientras escuchaba como gemía de placer, volví a subir haciendo el mismo camino y llevé mis manos a su sujetador para quitarselo, se lo desabroché y lo tiré a una esquina, posé mis manos sobre sus pechos disfrutando, sentía como sus manos tan suaves y delicadas bajaban hasta llegar a mis boxers y me los quitó. Volvió a besarme con más... ternura como si yo fuera alguien especial pero ya sabía que no era así, o ¿a lo mejor sí? No lo sabía pero me daba igual. Juguetee un momento con el elástico de sus bragas y se los fui quitando poco a poco hasta que por fin ya estaban fuera.
-¿Estás segura de qué lo quieres hacer... conmigo?- se lo tenía que preguntar.
-Sí, aunque mañana fardes con tus amigos que me he acostado contigo y todo el mundo se entere de que me he acostado con el chico que me ha hundido la vida durante los tres años, sí quiero hacerlo.-cuando dijo eso le respondí:
-Yo jamás haría eso, de verdad.- ella solo asintió.
La volví a besar mientras que poco a poco entré dentro de ella y cuando por fin estuve dentro del todo, lo que sentí fue... absolutamente todo como si ya no fuera el chico drogata que se pasaba la vida en fiestas. Ahora era yo. Me estaba moviendo dentro de ella haciendo que diga mi nombre en gemidos de placer y me pedía más y así lo hice me movía más fuerte sin control. No sé cuanto tiempo estuvimos haciendo el amor hasta que llegamos al climax y nos quedamos dormidos yo con el cuerpo pegado a ella mientras que Alejandra entrelazaba sus piernas y manos con las mías.

Prefacio.


No sabía cómo me había enamorado de una chica a la que había fastidiado mucho tiempo más o menos desde que empezó su primer año de instituto pero asi era estaba completamente enamorado de ella y no solo por su belleza sino tambien por su sencillez y forma de ser, era perfecta. Lo malo que llevaba jodiendole la vida durante tres años y eso no se borraba facilmente pero iba a conseguirlo de eso estaba seguro.
Está es mi historia.