Dulces personas que me siguen

sábado, 17 de septiembre de 2011

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Estabamos a mediados de curso en 4º de la E.S.O y me dirigía al salon de actos, ya que íbamos a participar en un concurso de institutos sobre bailes a ver si ganabamos algo de buena reputación, la verdad me hubiera saltado los ensayos sino fuera porque iban a decir las parejas y a lo mejor me tocaba con ella, la chica más perfecta del mundo: Alejandra.
Ella por supuesto me odiaba y con razón tres años fastidiándola, no es que fuera algo muy... bonito, por decirlo de alguna manera.
Cuando llegué todos ya estaban sentados o parados hablando con sus respectivos grupos, yo me dirigí al mío, mi grupo no tenía mucho que desear ya que eramos una mierda, somos unos drogatas, borrachos que se la pasaban de fiesta, no solíamos hablar tan solo un saludo, tal vez un " qué tal" o "esta noche fiesta" y poco más.
Me senté con ellos y me puse a observar a Alejandra ella por supuesto estaba con su grupo, que consistía en: Patricia, una chica muy responsable y fiel a sus amigas, jamás las dejaría tiradas; Irene, chica lista pero no tanto, olvidadiza y nada responsable eso sí le encantaba dibujar era su pasión; Estefanía, bruta e inteligente pero nada bonita a lo mejor de ella atraía su forma de defenderse pero nada más; Carlota, plasta a más no poder y una cotilla de campeonato; Raúl un tío raro y novio de Irene no estaban mucho tiempo juntos pero aseguraban que se querían los demás no estaban muy convencidos y por último Borja que estaba enamorado de Alejandra desde infantil y todo el mundo lo sabía menos ella. Y eso me encantaba que no estuviera con nadie, sonará mal pero es la verdad.
Entró la profesora y nos saludó a todos, nos contó de que iba todo el asunto y anunció las parejas hasta que por fin llegó a mi nombre:
-Alexander Fernandez con... Alejandra Valle.-bien esto era perfecto, pero cuando vi su cara noté que para ella no.
Al menos podría hablar con ella sin que pasara de mi y se fuera.
La profesora nos explicó los pasos, puso la música y nos dijo que ahora nosotros, para mi suerte era un vals. Cuando me acerqué a ella para bailar le dije:
-Lo siento-ya que le tenía que pedir perdon por muchas cosas.
-Ya me lo has dicho un millón de veces.
-Y nunca me respondes y ahora no puedes escapar.
-¿Por qué no lo dejas correr? ¿Por qué te importa tanto ahora?-se lo iba a decir era el momento, pero cuando se lo iba a decir la profesora me interrumpió:
-Fernadez, Valle, callénse distraen a los demás.- yo no hice nada pero Alejandra asintió.
-Porque me importas.- y era la pura verdad.
-Mentira.- lo decía muy convencida- No se puede cambiar así porque sí. Mientes para luego hacerme daño- estaba claro que me iba a costar convencerla.
-No lo entiendes... yo...- y otra vez la profesora me volvió a interrumpir:
-Vale, está bien ustedes dos se quedarán aquí al acabar las clases para hacer dos horas más.
-Genial. Estarás contento.- la verdad, sí. Pero no se lo iba a decir: se enfadaría terriblemente.

Al acabar las clases me volví a dirigir al salón de actos, donde ahí estaría mi ángel... y la profesora, ese era el único incoveniente.
Entré y en efecto ahí estaba la profesora, nos hizo bailar durante una hora, pero su móvil sonó, contestó y al final solo dijo: Voy para allá, y colgó, se giró hacia Alejandra y le dijo:
-Confío en que cumplireis con la hora que queda- paró y añadió-: Confío en ti, Alejandra.
-Sí- dijo, asintiendo a la vez.
La profesora salió por la puerta y nos dejó solos.
-Bueno... a bailar- me dijo. Volvió a poner la canción se acercó a mí, y antes de que se diera cuenta yo ya le tenía cogida por la cintura atrayéndola hacia mí. Se quedó sorprendida, luego se relajó y empezó a bailar a ritmo del vals. Cada vez tenía más ganas de besarla, al cabo de unos segundos me acerqué poco a poco a ella y paró bruscamente, sentía como se alejaba de mí pero no se lo permití y la volvía a acercar hasta que por fin junté sus labios con los míos. Se quedó paralizada, estaba intentando con todas sus fuerzas alejarse de mí, pero yo era más fuerte, se fue relajando y posó sus manos tan suaves en mi cuello y me atrajo más hacia sí y por supuesto no le iba a hacer el feo de alejarme. Tenía mis manos en su cintura pero fui bajando por su parte trasera hasta llegar a sus muslos, alzandola para que se enroscará con sus piernas a mi cintura. Y así lo hizo, hasta que paró, se desenroscó, se alejó y me dijo:
-Esto no ha pasado y no se lo cuentes a nadie.
Cogió sus cosas y se fue.
Me quedé solo con el recuerdo de un beso perfecto.

Al llegar a mi casa, mi hermana mayor que yo un año me miraba con cara de enfado.
-Ahora,¿qué te pasa, Nicole?.- le pregunté enfadado yo tambien.
-Pues facil: iba a dar una fiesta esta noche pero nuetros queridos padres no me dejan porque resulta que a ti no te gustaría, para ellos eres un ángel.
-Haz lo que quieres ellos no estan, ¿verdad?. Invita a cuantos quieras me da igual. Yo no voy a decir nada. Eres libre.
Subí a mi habitación mientras escuchaba como mi hermana hablaba con sus amigas sobre la fiesta.
Al cabo de media hora la fiesta ya había comenzado no comprendí como era que mi hermana hubiera organizado una fiesta en tan poco tiempo.
Me quedé tumbado en mi cama, pensando en como podría hacer para volver a besar a Alejandra. Algo hizo que me sobresaltara escuche una voz muy dulce como para estar en esta fiesta:
-Dejame Dani te he dicho que no quiero- era Alejandra estaba seguro.
Me asomé por la puerta un poco y pude ver como discutía ella con Dani, yo sabía perfectamente que "ese" estaba bien pillado por Alejandra, y que borracho no era muy bueno que digamos.
Salí y le aparte  de ella con un empujón, Dani estaba tan borracho que cuando cayó al suelo ni siquiera hizo el amago de levantarse. Me giré hacia ella y le pregunté:
-¿Estás bien?- ella unicamente asintió.
-Gracias- me dijo despues de unos segundos.
Me quedé mirando sus ojos negros perdiendome en ellos.
-Debería volver.- avanzó un paso pero la detuve cogiendola de la muñeca.- Dejame- lo dijo muy dulce como si no quisiera herir mis sentimientos.
Negué con la cabeza y la llevé hasta mi habitación, cerré la puerta y la miré a los ojos.
-No hagas nada. Por favor. Prometemelo.
Volví a negar y le dije:
-No. No te lo puedo prometer.- me acerqué a ella y la besé bruscamente, Alejandra no tardó en corresponderme se sujetó mas fuerte a mí y yo hice lo mismo. Estuve besandola un buen rato hasta que la tumbé en mi cama. Pareció dudosa un rato pero me volvió a besar y eso me hizo sentir genial. Me quitó la camiseta y yo la suya. Es perfecta, era lo único que podía pensar. Le fui desabrochando su falda y ella no me lo impedía, se lo quité del todo y aún seguía sin impedirmelo, entonces fue ella la que llevó sus manos a los botones de mi pantalón y los desabrochó, me los fue bajando y con mi ayuda me los quitó del todo. Estabamos solamente con la ropa interior y la seguía besando sin parar, bajaba por su cuello, entre sus pechos y luego bajaba por todo su vientre mientras escuchaba como gemía de placer, volví a subir haciendo el mismo camino y llevé mis manos a su sujetador para quitarselo, se lo desabroché y lo tiré a una esquina, posé mis manos sobre sus pechos disfrutando, sentía como sus manos tan suaves y delicadas bajaban hasta llegar a mis boxers y me los quitó. Volvió a besarme con más... ternura como si yo fuera alguien especial pero ya sabía que no era así, o ¿a lo mejor sí? No lo sabía pero me daba igual. Juguetee un momento con el elástico de sus bragas y se los fui quitando poco a poco hasta que por fin ya estaban fuera.
-¿Estás segura de qué lo quieres hacer... conmigo?- se lo tenía que preguntar.
-Sí, aunque mañana fardes con tus amigos que me he acostado contigo y todo el mundo se entere de que me he acostado con el chico que me ha hundido la vida durante los tres años, sí quiero hacerlo.-cuando dijo eso le respondí:
-Yo jamás haría eso, de verdad.- ella solo asintió.
La volví a besar mientras que poco a poco entré dentro de ella y cuando por fin estuve dentro del todo, lo que sentí fue... absolutamente todo como si ya no fuera el chico drogata que se pasaba la vida en fiestas. Ahora era yo. Me estaba moviendo dentro de ella haciendo que diga mi nombre en gemidos de placer y me pedía más y así lo hice me movía más fuerte sin control. No sé cuanto tiempo estuvimos haciendo el amor hasta que llegamos al climax y nos quedamos dormidos yo con el cuerpo pegado a ella mientras que Alejandra entrelazaba sus piernas y manos con las mías.

4 comentarios:

  1. Vatz que lindo... nos encanto tu nove
    es demasiado linda y wow que aventados
    seremos fieles lectoras
    nos leemos
    BESOS :K
    VALERY Y JIME

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  2. Hola ! Muchisimas gracias por pasar por mi blog :S. Que mal lo que paso con tu cuenta anterior, pero dejame decirte que este nuevo blog tambien esta genial ! acabo de leer tu 1 capitulo y esta estupendo :D ten por seguro que te leere siempre :D. Espero que subas pronto el siguiente capitulo :D. Cuidate mucho, Byee ♥

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  3. Que lastima lo de tus blogs, de veradad:( Pero este qe has empezado esta genial;) siguela asi de bien y pronto okk?? un besazooo!!
    PD:Pasate por mi blog;)

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  4. Linda historia,muy ingenua y teenager,pero cuando lo hacen,la manera de describirlo me dió cierto sentimiento precioso,gracias.

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